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El juego es una actividad esencial para el desarrollo de los niños. Por medio de diferentes actividades lúdicas, ellos descubren el mundo que habitan y todo lo que los rodea, aprenden a relacionarse con los demás y a tomar decisiones. El juego fomenta su creatividad y pone a volar su imaginación.
El juego libre, la actividad lúdica elegida por ellos, les brinda numerosos beneficios para su óptimo crecimiento, así que es importante que conozcas por qué no les puede faltar en su rutina diaria.
Esto los ayuda a ser conscientes de todas las posibilidades que tienen y a sentirse libres en el mundo que construyen por medio de sus sentidos, habilidades y necesidades. El juego libre pone a la vista sus capacidades cognitivas y motrices (porque usan el cuerpo y la mente), comunicativas y sociales (porque se relacionan con otros niños) y comportamentales (porque están en contacto con sus padres).
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[vc_column_text]El papel de los adultos
Un adulto puede coordinar los momentos que un niño tiene disponibles para jugar y divertirse. El mayor elige la actividad, la duración, la hora a la que esta se dará, el lugar, los materiales y hasta si el niño jugará solo o en compañía de otros pequeños. Esto se llama juego dirigido. El juego de carácter libre les da oportunidad a los niños de escoger qué quieren jugar, cuánto tiempo, con qué elementos y con quién. En este ejercicio, la alternativa de cambiar de juego tanto como deseen es fundamental.
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