Cualquier espacio ocupado por un ser humano, y más por un bebé, requiere ventilación para renovar el aire, de manera que salgan el dióxido de carbono y la humedad.
Abrir las ventanas, preferiblemente en las mañanas, para que entre el aire lo más limpio posible, pues en la medida en que haya ventilación será más fácil que circulen virus y bacterias y, por ende, no se queden acumulados.
Cuando viven en ciudades de clima frío, muchas veces piensan en la calefacción como una alternativa. Pero genera un clima anormal, y es mayor el choque del cambio de temperatura cuando se abre la puerta de la habitación del niño, lo cual hace más factible que se enferme.
Respecto al aire acondicionado, la pediatra también pide a los papás descartarlo para los cuartos de sus hijos porque es “lo peor para las alergias respiratorias.
TIPS
• Evitar que al espacio del niño entre humo de cigarrillo.
• No usar ambientadores.
• No usar sustancias como sahumerios, que son irritantes para las vías aéreas inflamadas.
• No rociar insecticidas.
• Si el niño tiene alergias, procure para él un espacio sencillo; es decir, sin estanterías de libros o juguetes con peluche porque acumulan polvo y ácaros.
• Prefiera pisos donde no se acumule el polvo. Son buenas opciones la madera y la baldosa, no el tapete.
• Un cuarto donde, en algún momento del día, entre el sol.